jueves, 17 de noviembre de 2016

El Caso Botnia: Una reflexión sobre la realidad de las políticas de Responsabilidad Social Empresarial

Resumen

En 2003 el grupo finlandés Oy Metsa-Botnia Ab inició el proyecto de instalación de una fábrica de celulosa para la generación de un millón de toneladas anuales de pulpa de eucalipto a partir de la materia prima maderera de las plantaciones forestales de la región litoral de Uruguay y zonas aledañas, destinadas al mercado internacional.

Este proyecto fue presentado a la comunidad internacional como una iniciativa con una política de Responsabilidad Social claramente definida y estratégicamente planificada, en la que se establecían compromisos relacionados con la generación de productos de alta calidad, la producción limpia bajo estrictos principios de operación medioambiental y preservación del contexto, asimismo declaraba el desarrollo de sus operaciones contemplando las necesidades y expectativas de una amplia variedad de grupos de interés, destacándose su impacto económico y la orientación hacia lo social y la reivindicación de la calidad de vida de los individuos y la generación de valor de las empresas, agremiaciones y comunidades vecinas.

No obstante, las intenciones declaradas, la realidad muestra que la actividad operacional de la planta, ha generado una serie de impactos que han afectado negativamente las dinámicas de vida, así como la sostenibilidad de las comunidades y el entorno en general.

El Caso Botnia: Una reflexión sobre la realidad de las políticas de Responsabilidad  Social Empresarial

El grupo Oy Metsa-Botnia Ab es una organización finlandesa fundada en 1973, que ocupa el segundo lugar en el continente Europeo en producción de celulosa, materia prima con la que se produce el papel. El grupo Botnia posee varias empresas subsidiarias, dos de ellas están ubicadas en Uruguay, una llamada Compañía Forestal Oriental S.A. (FOSA), dedicada al desarrollo de plantaciones de eucalipto; y Botnia S.A, ubicada en la ciudad de Fray Bentos, departamento de Río Negro, en el litoral oeste de Uruguay, cuyo objeto es la producción de celulosa, y es conocida comercialmente en Latinoamérica como Botnia,

La empresa Botnia S.A., fue fundada en Uruguay en el año 2003, involucrando la construcción, puesta en marcha y operación de una planta de producción de pulpa de celulosa y una terminal portuaria, en una zona franca privada. El proyecto de construcción terminó el 8 de noviembre del año 2007.

El propósito de Botnia fue desarrollar el proyecto de instalación de una fábrica de celulosa que generara un millón de toneladas secas anuales de pulpa de eucalipto a partir de la materia prima maderera de las plantaciones forestales de la región litoral de Uruguay y zonas aledañas, destinadas al mercado internacional.

La planta fue ubicada en Fray Bentos a orillas del río Uruguay, que, debido a sus caudales hídricos, es uno de los ríos más caudalosos de América del Sur con una cuenca aproximada de 300.000 km2. En el punto de la planta, este río presenta profundidades importantes que permiten el flujo del transporte fluvial de los productos e insumos del emprendimiento industrial, la toma de agua y los efluentes, así mismo el espacio entre las fuentes de materia prima maderera proveniente sobre todo de las plantaciones forestales existentes y futuras en los departamentos de Río Negro, Paysandú, Soriano y Colonia.

Botnia encontró en Uruguay ventajas con respecto a las tierras para las plantaciones de eucaliptos y mano de obra mucho más barata. Además, algo muy importante es que el Estado uruguayo le construye y mantiene gratuitamente la infraestructura vial necesaria para el transporte de la madera a la fábrica.

Los compromisos de la política de Responsabilidad Social de Botnia

De forma general, en el marco de la planificación estratégica de la política de Responsabilidad Social, Botnia se comprometía con la generación de productos de alta calidad, rentables y que se adaptaran a las necesidades del cliente, ahorrándole gastos, facilitando el reciclaje de los residuos y ayudándole a desarrollar sus actividades de forma respetuosa con el entorno.

La empresa formuló su intención de velar porque sus socios apliquen políticas medioambientales responsables y que los proveedores se comprometan a considerar los aspectos económicos, sociales y medioambientales de la gestión de bosques y a explotarlos conforme a los principios del desarrollo sostenible. De igual forma, planificó el empleo de la mejor tecnología existente, se esfuerza para contribuir decisivamente a su desarrollo, por ejemplo, se genera calor y electricidad de forma eficiente bajo preceptos de bioenergía.

La organización visionó otorgar prioridad al entorno, evaluando regularmente y reduciendo los riesgos; los empleados conocen el impacto ambiental derivado de su trabajo y reconocen su capacidad de influir en él y sus obligaciones. Reconociendo además, las emisiones resultantes de sus actividades y vigilando activamente su efecto en el entorno; centra sus esfuerzos en mejorar el control de irregularidades para que ello redunde en una mayor calidad de vida de la población.

Como parte de su planificación contempló el trato con transparencia en los asuntos medioambientales, colaborando con los clientes, la sociedad y las autoridades, y mantiene una comunicación abierta con los grupos de interés.

En cuanto a la dimensión económica, Botnia se comprometió en incrementar el nivel de empleo del sector público y privado, debido a que el proyecto generaría 3000 puestos en el año 2005 y 7500 puestos de trabajo en el año 2006, donde 500 en el 2005 serían empleos inducidos y 1700 en el 2006 también, siendo el resto de empleos directos e indirectos. Al igual se comprometió en mejorar los ingresos municipales y balancear los presupuestos.

El proyecto de la planta de Botnia en Uruguay invertiría USD 943 millones en dos años, de los cuales una cifra cercana a los USD 10 millones estarían destinados a promover la infraestructura del sector público, lo que significaba en su momento, la mayor inversión privada en la historia de Uruguay.

Asimismo, el proyecto Botnia tendría impactos positivos con respecto al balance de divisas del país, con el mayor índice de inversión que todos los años. Con la implementación del proyecto las finanzas se beneficiarán de tal forma que el recaudo se incrementa en 307 millones de dólares de 2004 entre los años de 2005 al 2006.

Con respecto a la dimensión ecológica, Botnia diseñó un plan de medidas para mejorar la eficiencia ambiental y prevenir riesgos, usando las mejores tecnologías para la planta de pulpa de celulosa, con la intención de prevenir o reducir las emisiones y residuos que puedan afectar el medio ambiente y bajar el consumo de energía y materias primas.

Botnia aseguró que la descarga de efluentes sería controlada con la recolección diaria de muestras de sólidos suspendidos, analizando su ph y conductividad, y también garantizó monitoreos para el control ambiental de aguas subterráneas, monitoreo del suelo y monitoreo de plantaciones, lo que generaría un informe que sería publicado mensualmente.

Con respecto al aire, Botnia aseguró que no existiría posibilidad de riesgo de accidente por liberación de dióxido de azufre, debido que en la planta no contemplaba el uso de cloro gaseoso, solo trabajaría con una solución débil que no contamina el aire medioambiental.

Dentro de la dimensión social, Botnia aseguró que incrementaría la demanda del sector servicios, los hoteles, restaurantes, el turismo, el transporte y los servicios sociales en las áreas cercanas a la planta, abriendo la posibilidad de creación de nuevas empresas.

En lo concerniente a la fuerza laboral, y como estrategia de reivindicación del trabajo, la organización se comprometió a vincular formalmente a los trabajadores forestales, quienes tradicionalmente habían sido los peor remunerados en el campo y sin medidas de seguridad y condiciones de vida razonables; lo que se complementaría con servicios de recreación y esparcimiento.

El proyecto de la celulosa de Botnia S.A. aseguró crear nuevos empleos, ingresos, ofreciendo una mejora de la calidad de vida en la zona. La facilitación de construcción de vivienda y servicios sociales para las personas que trabajen en la planta; para ellos se tuvo en cuenta la necesidad de construcción de un considerable número de viviendas, la ubicación, características y costos los cuales fueron estudiados al inicio del proyecto. Asimismo, Botnia ofreció instalaciones en zonas cercanas, para ser usadas por personal del proyecto para su acomodación.

En cuanto a la dimensión ética, Botnia se comprometió a involucrar dentro de su actividad el respeto por la integridad, el desarrollo social, cultural y económico de la sociedad de Fray bentos y comunidades vecinas. De igual forma, apoyaría el desarrollo de la región estimulando el compromiso de su empresa y sus trabajadores con el fin de generar condiciones sanas para el desarrollo con equidad y justicia social.

En lo relacionados con el bien común, la empresa se comprometió con la construcción de vías de acceso terrestre, el servicio de energía y las telecomunicaciones que beneficiarían a la sociedad en general, y también la implementación de un servicio de transporte de basura común para su destinación final en el vertedero municipal.

En la dimensión gestión, y en concordancia con los compromisos de orden ecológico, Botnia estableció monitoreos ambientales de la fábrica de pulpa de celulosa por medio de tres niveles; el primero realizado por los operarios de la planta, controlando los procesos internos de los sistemas ambientales y de todos los procesos de la planta; el segundo nivel de monitoreo lo realizan los supervisores de la planta de manera interna, con el fin de controlar la eficiencia de los sistemas ambientales; y por último, el monitoreo externo realizado por equipos externos y profesionales donde involucran el agua, el aire, el ruido, entre otros factores ambientales, asegurando que la fábrica opera de acuerdo a los permisos otorgados.

Botnia diseñó los tres niveles de monitoreos ambientales teniendo presente que la mejor forma de controlar los impactos medioambientales, es haciéndolo como parte integral de las actividades de producción, por ello involucra a cada uno de sus trabajadores que dentro de sus funcionen de trabajo, incluyan su grado de responsabilidad con el cumplimiento de estas actividades de monitoreo.

En el orden de la investigación, Botnia implementaría el proyecto Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), a través del cual, la empresa generaría electricidad por medio de la quema del licor negro derivado del proceso de pulpado de la madera; y el excedente energético de 32MW de electricidad, fue inicialmente destino para la venta UTE, entidad estatal, operadora de la red eléctrica pública.

La realidad del caso Botnia: el fracaso de su política de Responsabilidad Social.

El despliegue de la política de Responsabilidad Social muestra unos resultados que se apartan en gran medida de los objetivos estratégicos planificados para cada una de las dimensiones:

En el orden económico, según Cabrera (2005), los acuerdos de reciprocidad de la inversión entre países, no garantizan posibilidades de expansión de negocios de origen uruguayo en Finlandia ni ejercicios planificados proyectos de intercambio que fortalezcan de la balanza comercial, y sólo aplicarían para eventuales proyectos futuros. Adicionalmente, de la inversión anunciada de 1.100 millones, solamente 200 millones sería para destinación en el Uruguay, el monto restante fue destinado directamente a Finlandia y Suecia, para la compra de maquinarias y otros servicios.

No menos grave resulta el fenómeno de la concentración de propiedad de la tierra en manos de unos pocos latifundistas, afectando las cadenas naturales de generación de valor de la región y el desestímulo a actividades tradicionales como la pesca, ganadería y cultivos de cereales.

Desde lo ecológico, uno de los impactos negativos generados por la operación de la planta de Botnia, es el consumo masivo de aguas superficiales y subterráneas de los eucaliptos, y en consecuencia la seca de napas y afluentes para los campos linderos. De igual forma, el cultivo de eucalipto exige el uso intenso de pesticidas por la generación de diversos tipos de plaga.

En el sector agrario, son significativos los impactos derivados una planta de celulosa, debido a que para mantener la producción de celulosa se necesita una gran cantidad de hectáreas de eucaliptos y eso implicaría que las mejores tierras de Uruguay abandonen los cultivos de cereales y la ganadería para poder abrir campo en tierra para los montes de eucaliptos.

La incineración de residuos peligrosos es considerada una de las principales fuentes de emisión de dioxinas y furanos (agentes de contaminación tóxicos y mortíferos), que son vertidos a los cuerpos de agua en las descargas de las industrias papeleras debido al uso de gas cloro o dióxido de cloro para el blanqueamiento de la celulosa, lo que también genera contaminación atmosférica. La exposición de estos tóxicos para los seres humanos se materializa a través de la ingesta de alimentos contaminados como carnes y productos lácteos, y los efectos negativos son evidenciados en el desarrollo neurológico, reproductivo, conductual y en el sistema inmunológico de lactantes y niños, que también puede causar cáncer y otros efectos agudos en los adultos.

En 2007, el gobierno uruguayo decidió extremar los controles sobre las obras de construcción de la planta Botnia y dispuso que inspectores presencien cada prueba operativa, tras el derrame de sulfato de sodio, que ocasionó intoxicaciones en los operarios.

En el orden social (Cabrera, 2005), muchos uruguayos no están de acuerdo con la planta Botnia, pues tienen la percepción de que los beneficios son inferiores al número de perjuicios y daños alarmantes a la sociedad, la actividad operacional de la planta produce un incremento enorme de desempleo rural, debido a que los trabajadores de forestación siguen siendo mal remunerados y se conservan pésimas condiciones de trabajo, incrementando el empobrecimiento de la zona en lugar de contribuir con su desarrollo.

Desde lo ético, cuando el gobierno del Uruguay otorgó la licencia de funcionamiento de Botnia, afirmó en la resolución correspondiente que se había presentado y aceptado los avales bancarios y comprobantes de seguros por parte de las autoridades competentes, sin embargo, el gobierno desconoce en dónde se encuentra depositada dicha garantía, “el Banco del Seguro del Estado, admitió que a empresa Botnia no posee póliza de seguro ambiental en el Banco del Seguro del Estado de la República Oriental del Uruguay. Así lo demuestran los documentos oficiales que obran en poder de la Justicia uruguaya” (Tinku, 2008).

En lo político, desde el año 2006, la planta Botnia generó un conflicto entre los países de Argentina y Uruguay, cuyo núcleo fueron los impactos ambientales y su incidencia trasnacional, al respecto, en abril de 2010, la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) decidió que Uruguay incumplió disposiciones internacionales al autorizar la instalación de las pasteras Botnia y Ence y de un puerto en la ciudad de Fray Bentos, aunque dijo que "no hay motivos" para ordenar el desmantelamiento de la pastera finlandesa. El tribunal planteó que el país vecino no cumplió con obligaciones previstas en el estatuto del río Uruguay la Argentina y Uruguay firmaron en 1975. Concretamente, indicó que el país vecino no informó debidamente sobre la construcción de las plantas de celulosa y que "no tenía derecho" a comenzar su construcción mientras estaba en marcha el proceso de negociación con la Argentina. (Argenpress, 2010).

En lo que respecta a la gestión, el clima organizacional se ha caracterizado por desavenencias, informidades y conflictos que han afectado las dinámicas de trabajo. Adicionalmente, en lo atinente a la gestión del talento y la generación de capital humano, desde el año de 2006 son reiterativas las protestas, manifestaciones, e interrupciones de las operaciones tanto de construcción como de funcionamiento de la planta, por razones de inseguridad laboral, accidentes de trabajo, intoxicaciones y afectaciones en el orden de los beneficios, la calidad laboral y las remuneraciones.

Conclusiones

El caso Botnia nos enfrenta a una realidad que exige una reflexión sobre planificación estratégica de la gestión de la política de responsabilidad social, y el impacto real que la actividad operacional de una determinada empresa produce sobre su medio y las implicaciones que esto tiene sobre las dinámicas de los ecosistemas, los tejidos sociales, la generación de valor, la calidad de vida, el desarrollo económico integral y las afectaciones sobre la sostenibilidad de las comunidades interactuantes, y evidencia cómo una gestión inadecuada de las necesidades de los grupos interés puede tener implicaciones que incidan negativamente sobre el normal desarrollo de las operaciones de una organización o afectar el alcance, el cronograma, el presupuesto y la calidad de un proyecto.
La situación estudiada sugiere el cuestionamiento respecto a la brecha que se genera entre las intenciones estratégicas de las políticas de responsabilidad social y la realidad de los impactos inherentes a la actividad operacional, y la forma como el equilibrio entre los beneficios organizacionales y los del entorno constituyen un desafío para la dirección de proyectos.
De igual forma, obliga a la reflexión respecto al desmedido consumo de productos como el papel, cuyo proceso de producción tiende a alterar las dinámicas naturales de su entorno, con consecuencias medioambientales que pueden resultar irreparables.

Bibliografía

Argenpress. (2010). Conflicto por Botnia: La Corte de La Haya quiso dejar contentos a todos. Recuperado www.argenpress.info/2010/04/conflicto-por-botnia-la-corte- de-la.html
Cabrera, M. (2005). Fábrica de Celulosa. El Escándalo de Botnia. Sol y Luna Nº 84, 85 y 86. Recuperado de www.ecoportal.net/content/view/full/49899
Cuba Matinal (2007). El gobierno uruguayo extrema controles sobre Botnia tras derrame tóxico. Recuperado de www.cubamatinal.com/Noticia.cfm?NoticiaID=4497
DINAMA (2006). Informe actualización AAP Botnia. Recuperado de www.mvotma.gub.uy/dinama/index.php?option=com_content&task=view&id=144&Itemid=196
Faroppa, C. & Annala, K. (2004). Informe Ambiental Resumen. Recuperado de www.mvotma.gub.uy/dinama/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=24&Itemid=104
Ramírez, P. (2005). Celulosas y escándalos que hay detrás del grupo Botnia y Celco. Recuperado de www.atinachile.cl/content/view/2785/Celulosas-y-escandalos-que-hay-detras-del-grupo-Botnia-y-Celco.html
Tinku (2008). Denuncian que la pastera Botnia no tiene una póliza de seguro ambiental. Recuperado de www.tinku.org/content/view/2643/6/
World Rainforest Movement (WRM) (2006). Boletín Nº 109 del WRM, agosto de 2006. Recuperado de www.wrm.org.uy/boletin/109/Uruguay.htm.