El surgimiento de las tecnologías digitales trajo consigo una transformación radical en el estilo de vida y el que hacer de las personas, las mediaciones digitales han generado nuevas formas de comunicación, trabajo, aprendizaje y entretenimiento, impactando ostensiblemente las dinámicas de los sistemas socio-económicos globales.
La educación no es ajena a este proceso de cambio, sin embargo, las condiciones inherentes a la realidad colombiana, obligan a pensar en una verdadera política pública de conectividad e implementación de TIC, que sea coherente con la magnitud de los nuevos desafíos y brinde las condiciones para crear una infraestructura tecnológica nacional tendiente a reducir la brecha digital y, sobre todo la brecha social.
El Plan TIC 2018-2022 propone como objetivo de la política “El futuro digital es de todos”, el cierre de la brecha digital y la preparación en materia de transformación digital como puerta de entrada a la Cuarta Revolución Industrial (4RI), no obstante, a finales de 2019 el ranking de conectividad de banda ancha mundial, ubicó al país en el puesto 18 del continente y 114 del mundo, posiciones realmente desalentadoras, desde el punto de vista de la competitividad en la era de la información. De igual forma, en marzo de 2019 desde el Viceministerio de Conectividad y Digitalización, se señaló que en el país más de 20 millones de colombianos no cuentan con servicio de Internet, lo que dificulta el acceso a contenidos y herramientas que puedan contribuir con la calidad de la formación de los niños y jóvenes, en especial de las zonas rurales.
Una conectividad del 100% que, además de los hogares, cubra la totalidad de las instituciones de educación de un país con una geografía tan compleja, podría parecer utópico si se analiza estrictamente bajo el paradigma de las conexiones terrestres basadas en cables, antenas y transmisores. Es necesario comenzar a contemplar la posibilidad de diseñar un sistema nacional de interconexión satelital, que si bien, es una tecnología que no está masificada en la región, podría, con unos menores costos comparativos, resolver las necesidades en materia de disponibilidad, asequibilidad, relevancia y capacidad, y encaminando el país hacia el futuro de la conectividad en el orden mundial.
Otra opción que podría ser contemplada, es la implementación de tecnologías de transmisión de voz y datos a través de la red eléctrica domiciliaria, la principal ventaja de este tipo de solución conocida como PLC (Power Line Communications), es que utiliza la infraestructura ya existente de cableado eléctrico, incluyendo las líneas de alta tensión, por lo que no serían necesarias obras adicionales. Si bien algunos aspectos de estos sistemas resultan desconocidos en nuestro contexto, desde la década de los 70 del siglo pasado se vienen adelantando proyectos de esta naturaleza en países desarrollados, y en el 2010 se aprobó un estándar internacional para dispositivos de comunicación de alta velocidad a través de líneas de energía.
De otro lado, La Gran Encuesta TIC 2017, evidenció que solamente el 26% de los colombianos que utiliza Internet, lo hace con fines de formación a través de plataformas o contenidos educativos, lo cual quiere decir que no serviría de nada un país interconectado digitalmente, si no desplegamos esfuerzos para una apropiación positiva de las tecnologías, que posibiliten el uso de la Internet como herramienta estratégica para mejorar la calidad de la educación mediante la incorporación de las TIC en el currículo, los planes de estudios y las metodologías de trabajo.
Finalmente, existe un tópico que resulta igualmente crítico, y es la dotación de equipos de cómputo y redes locales para las instituciones educativas, en este sentido, además de las fuentes tradicionales para la consecución de recursos, resultaría interesante diseñar rutas que permitan a las entidades acceder a mecanismos de cooperación internacional que financian proyectos de implementación de TIC en países emergentes.
Si bien el desafío pareciera extremadamente complejo, es importante que nuestros líderes y autoridades orienten sus esfuerzos con miras a construir un entorno favorable para la masificación de las TIC aplicadas en la educación y cerrar la brecha que nos aleja de los altos niveles de competitividad en materia de transformación digital como ruta de acceso a las nuevas realidades globales.
Referencias
Acemoglu, D. (25 de agosto de 2019). El costo de la falta de una regulación tecnológica. El Espectador. Obtenido de www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/las-consecuencias-de-no-tener-una-regulacion-tecnologica-404804
MinTIC. (2018). Plan TIC 2018-2022:
El Futuro Digital es de Todos. Obtenido de www.mintic.gov.co/portal/604/articles-101922_Plan_TIC.pdf
MinTIC. (2017). Gran Encuesta TIC.
Bogotá: MinTIC.
MinTIC. (2017). MinTIC revela los
primeros resultados del Observatorio de Economía Digital. Obtenido de www.mintic.gov.co/portal/604/w3-article-61929.html
Montes, J. (28 de septiembre de 2019). Colombia, ¿país sin conectividad?. La República. Obtenido de
www.larepublica.co/analisis/juan-carlos-montes-cadavid-2551471/colombia-pais-sin-conectividad-2914902