Columna publicada en el portal Voz de Oriente, en julio de 2020.
La transformación digital se refiere al proceso estratégico y organizativo mediante el cual una entidad o empresa adopta tecnologías digitales en todas sus áreas y operaciones, con el objetivo de mejorar su eficiencia, agilidad y capacidad de respuesta, así como proporcionar nuevas experiencias y propuestas de valor a clientes, empleados y otras partes interesadas. Esta transformación implica cambios profundos en la cultura, estructura, procesos y modelos de negocio, aprovechando las posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales, como la inteligencia artificial, el análisis de datos, la nube, la automatización y la Internet de las cosas. La transformación digital busca optimizar y reinventar los procesos, generar nuevos productos y servicios, y crear un entorno digitalmente conectado y centrado en el cliente, con el fin de mantener la competitividad y adaptarse a los rápidos cambios del entorno empresarial y social.
Los desafíos propios de la crisis que se vive como consecuencia de la pandemia de covid-19, y en especial las medidas sanitarias obligatorias centradas en el aislamiento social, han enfrentado a gobiernos y empresas ante la necesidad imperativa de implementar cambios culturales, tecnológicos y procedimentales como parte de su estrategia de evolución hacia un nuevo escenario.
El término “transformación digital” se ha convertido en una frase común en el contexto de la reinvención y adaptación tanto de las organizaciones públicas como privadas, sin embargo, no existe una claridad sobre las implicaciones que esto conlleva. Se podría definir transformación digital como un enfoque estratégico que busca la integración de tecnologías digitales en todos los procesos de una empresa, con el propósito de orientar su funcionalidad bajo nuevos parámetros.
En este orden de ideas, su objetivo fundamental es optimizar los procesos de forma innovadora, mejorando la competitividad y ofreciendo nuevas formas de valor agregado para los clientes, incorporando el uso de la tecnología y la conectividad en el logro de las metas.
Un enfoque simplista y significativamente erróneo es considerar que la transformación digital se trata de comprar computadores basados en tecnologías de punta o almacenar datos del negocio en servidores de Internet (en la nube). La transformación digital con miras a la sostenibilidad de las empresas exige un cambio en la estructura de pensamiento de los directivos y los empleados de las organizaciones, repensar los procesos y las estructuras funcionales, de tal forma que se logre un máximo aprovechamiento de las ventajas de la digitalización.
Es importante señalar que cuando se habla de tecnologías digitales se hace referencia a la aplicación de técnicas de ingeniería para desarrollar mecanismos y sistemas de información que permitan automatizar determinados procesos. De esta forma, las personas involucran a su quehacer laboral, de aprendizaje o de entretenimiento, elementos electrónicos, de gestión, de información y de telecomunicaciones que brindan la posibilidad de optimizar la forma como se desarrollan las actividades y facilitan la convergencia de distintas actividades sensoriales, mediante la integración de conocimiento, textos, imágenes, videos, animaciones, sonido y datos, entre otros.
“Las tecnologías digitales están transformado el mundo de los negocios, del trabajo y de la administración pública”, manifestó Jim Yong Kim, quien hasta 2019 se desempeñó como Presidente del Banco Mundial. De igual forma, afirmó que “Debemos continuar conectando a todas las personas para que nadie quede a la zaga, porque la pérdida de oportunidades tiene un costo altísimo. Pero para que los dividendos digitales puedan compartirse ampliamente entre todos los segmentos de la sociedad, los países también deben mejorar el clima de negocios, invertir en la educación y la salud de las personas, y promover el buen gobierno”.
Como consecuencia de las políticas de aislamiento, las empresas visionarias han desarrollado plataformas en-línea, capaces de proporcionar canales efectivos de comunicación con los mercados y por ende con sus clientes. Para esto se han implementado tecnologías tales como líneas de atención telefónica especializada, sitios web interactivos y programas informáticos con los cuales es posible mantener una conversación (Chatbots), tanto para solicitar información como para recibir asistencia técnica con respecto a una determinada situación. De forma general, se han adoptado nuevas metodologías que favorecen la experiencia del cliente durante las etapas del proceso de compra de un producto o servicio, llevándolo en algunos casos a una experiencia casi in situ.
Ante las tendencias descritas, es comprensible que surjan interrogantes de las microempresas y pequeños negocios sobre las necesidades de inversión que demandaría un proceso de transformación digital, y la respuesta puede ser que si se pone en juego la creatividad junto a un poco de recursividad, es posible que no se requieran altas sumas de dinero; por ejemplo, una ferretería puede abrir una página web en un sitio gratuito, donde presente su lista de productos y precios, habilitar una línea de Whatsapp para atender a clientes y recibir los pedidos, y podría activar una cuenta de recaudo virtual para la gestión de las consignaciones y transferencias de dinero.
De otro lado, este escenario de cambio propone una nueva realidad para la empleabilidad, según las cifras entregadas por las autoridades, el desempleo ha alcanzado niveles históricos en Colombia y el mundo. Las personas que deseen seguir siendo hacer parte de la población económicamente activa del país, deberán igualmente, involucrarse en un proceso individual de transformación digital, es decir, desarrollar competencias y habilidades digitales, así como aprender a utilizar técnicas y herramientas que les permitan desenvolverse en las nuevas dinámicas empresariales de reactivación económica.
A manera de conclusión, resulta interesante analizar las palabras de David Ortiz, Gerente de Siigo, una compañía de software contable y administrativo: “El mundo se vio frente a una serie de transformaciones drásticas y repentinas que cambiaron permanentemente muchas de las costumbres y hábitos que tenían las empresas para posicionarse y convivir con sus clientes y competidores. En una nueva realidad donde la prioridad es la reactivación y el entendimiento del entorno, ser capaces de hacer la transición al mundo digital de la mano de las herramientas adecuadas, se convierte en una decisión clave para cualquier compañía”.
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